Fin de la aventura Deméter

La eternidad es un concepto que la humanidad inventó cuando supo que en algún momento tendría que desaparecer. Aprendió que todo lo que comienza tiene su fin, como la vela que se consume poco a poco o el río que termina desbocando su fuerza en la mar (en recuerdo a los versos de Jorge Manrique). Atemorizado, el ser humano puso como objetivo ser eterno y así construyó puentes, obras arquitectónicas, estatuas, maravillas… para permanecer en la memoria eternamente. Y como no, que el alma de cada uno se “salve” y vaya al cielo o el Nirvana o como se llame y permanezca allí eternamente.

En estos tiempos modernos, quien lleva una vida acomodada y tranquila quiere permanecer así eternamente mientras que el que sufre tiene la esperanza que su vida torne a un camino mejor. Y es que al final, hay que aceptar que la eternidad sólo es un concepto y que todo tiene un comienzo y un fin. Se nace y se muere, los días amanecen y anochecen, el verano son 90 días… (eh, lo último ahora con el cambio climático es discutible). La grandeza de una persona depende, entre otras cosas, de la aceptación de los ciclos, de los comienzos que desembocan en el fin de saber convivir con lo cotidiano, con personas y situaciones que vienen y van. Yo siempre digo que las situaciones de la vida son como olas; a veces viene una enorme que te arrastra bajo el agua, otras veces eres capaz de coger esa ola y vivir una experiencia excitante, otras veces las olas son pequeñas e inofensivas. Pero después de un tiempo mejor o peor, todas acaban sin remedio muriendo en la playa.

Las buenas personas son las que saben que las olas de la vida tienen un comienzo y un fin e intentan disfrutar y valorar cada una de ellas. Procuran aprender de las situaciones desfavorables para que la próxima ola se una buena y lo más larga posible. Cuando la marea les acompaña saborean la brisa del placer porque comprenden la fugacidad de la vida. Y que lo eterno no existe.

Llegué a NTS el 9 de octubre de 2006, con la intención de aprovechar al máximo la oportunidad que me dieron y hoy acaba la aventura, 30 de julio de 2007. La “ola” Deméter me ha llevado durante 10 meses de aventuras como desarrollador, consultor, fotógrafo del staff day y otros roles, como el chico del pintxo-hamaiketako en Otsoegi. Teniendo en cuenta de que a fin de cuentas he sido un becario, he tenido la oportunidad de participar en proyectos muy distintos y diversos. Hagamos un resumen de todas las tecnologías con las que me he peleado:

Entornos de desarrollo: Netbeans, embedded Visual C++ y Microsoft Visual Studio 2003 y 2005

• Control de versiones: SourceSafe 6.0 y Subversión
• Lenguajes de desarrollo: C++, C# y Java
• Páginas web: HTML/CSS, PHP y JavaScript
• Consultoría CRM; Salesforce.com

Tipos de proyecto, a modo grosso, en los que he participado:

• Desarrollo web basado en servicios web
• Aplicaciones a medida para PDAs
• Consultoria CRM con Salesforce.com

No puedo negar la importancia de haber sido becario en NTS; en alguna ocasión he dicho en casa que me vale más haber estado con lo mejorcito del universo software que la carrera universitaria en sí. Mi intención en absoluto es adular a los que han sido mis jefes durante los últimos 10 meses, ni mucho menos. Creo que es justo y necesario contar lo que he visto.

En lo que a tecnología y conocimientos técnicos se refiere, los ingenieros de NTS son capaces de afrontar cualquier tipo de desarrollo y realizarlo sea cual sea la naturaleza del problema; desde soporte técnico y consultoría hasta software a medida. Y es que ¿cuántas factorías tecnológicas son capaces de aportar soluciones de movilidad a las empresas? ¿Cuántas dominan las tecnologías móviles como NTS? Yo diría que no hay muchas.

Pero dejando aparte la calidad como desarrolladores, sin duda quiero destacar la calidad humana del equipo. El hecho de que sea una empresa pequeña, unos 20 empleados a día de hoy, y que la edad media está entre 25 y 30 años, hace que el ambiente de trabajo sea muy bueno dentro y fuera del trabajo. Si tienes algún problema o duda, puedes preguntar a cualquiera y te ayudarán sin protestar. (Que conste que no estoy haciendo la pelota a nadie, jejeje). Conmigo por lo menos han sido muy pacientes y he aprendido mucho de ellos.

Obviamente, mi estancia Deméter ha tenido sus cosillas negativas, nunca puede ser todo bueno. Es más; prefiero que en todos los sitios haya cosas negativas para que pueda valorar lo bueno e intentar mejorar lo que no está tan bien. Sin embargo, prefiero destacar en este blog el lado positivo de mi beca Deméter, porque sencillamente ha sido mucho más y mejor que el lado negativo.

Todo tiene un comienzo y un fin, mi beca Deméter y este post tan largo también.

Buena suerte

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